Por suerte para todos, atrás ha quedado ya esa época en la que creíamos que dar una buena charla era simplemente subir al escenario, soltar toda la información que fuera posible, marcharnos y listo…ya está…exposición realizada.
Por ello poco a poco las cosas se empiezan a diseñar de manera diferente, dando prioridad a la audiencia y a que comprenda y aprenda en vez de sumergirla casi a la fuerza en un mar de datos que ahoga sus ganas de entender.
Y como por fin hemos conseguido enterarnos de que el público y hacerles llegar el mensaje es lo más importante en una exposición exitosa, te presento las diferentes actividades didácticas para una exposición que puedes realizar para hacer partícipes a tus oyentes.
1. Preguntas – Dinámicas para Hablar en Público
Índice de Contenidos
Sí, ya sabías que iba a estar aquí mencionada ya que es probablemente el ejemplo número uno que todos ponemos al hablar de incluir a la audiencia. Pero lo cierto es que vamos a ahondar un poco más para explorar las diferentes versiones de hacer preguntas al público y entender las ventajas y desventajas de cada una.
✰ Preguntas al Público Sin Dirección
Está claro que lanzar preguntas puede ayudarte a entender el nivel que tienen sobre la materia y adaptar tu exposición a medida que detectes sus carencias y fortalezas. Pero realizar preguntas al aire esperando que alguien las conteste puede ser un acto de fe.
Por supuesto que con algunas audiencias no tendrás ningún problema y generarás presentaciones participativas, pero también tienes que estar preparado para que la única respuesta que escuches sea el sonido de los grillos.
Y es que o tienes muchísima energía durante toda tu charla para contagiar al público la motivación…o puede que no les apetezca participar porque no les está resultando lo suficientemente atractiva la charla o porque son tímidos (sí, al público también le entra miedo al hablar) o no has conseguido generar un ambiente propicio para la participación. Y claro, con esta modalidad les estás dando la opción de elegir si quieren aportar sus ideas o no… son libres de elegir el no, lo que nos lleva a la siguiente opción.
✰ Formular Preguntas a la Audiencia Dirigidas
Vamos a eliminar la opción del “No” haciendo cada pregunta directamente a una persona concreta del público. Puede ser mediante una mirada; un gesto o incluso acercándote a ella, preguntarle su nombre y formularle la cuestión.
Eso sí, tienes que asegurarte de crear un ambiente cómodo porque ya les estás generando ese puntito de estrés al hacer que toda la atención se pose en ellos, no quieres que además se sientan tensos y temerosos de ser juzgados por su respuesta. No hay respuestas tontas ni absurdas.
2. Concurso de Grupos – Juegos para Exposiciones Orales
Este juego para exposiciones orales se basa también en preguntas o pruebas pero con una vuelta de tuerca. Puedes crear equipos en la audiencia, algo sencillo por localización en la sala por ejemplo, y con las preguntas acertadas a lo largo de la charla ganarán puntos hasta saber quién es el ganador al final de la exposición.
Con esta actividad didáctica juntas todos los beneficios del punto 1, ya que nadie en concreto se va a sentir obligado a responder, pero a la par las ganas de ganar conseguirán que hasta los tímidos acaben contestando alguna que otra vez. ¿Y todo esto por qué? Fácil y en dos palabras: “Equipo” y “Competición”.
A todos nos gusta sentirnos parte de algo, así que al asignarles un equipo les das ganas de sentirse valorados si responden. Y la competición consigue que todo tenga un poco de sal y pimienta.
3. Crea Acción en el Presente – Dinámicas para Explicar un Tema
Hablar e intentar ser educativo con tus palabras está muy bien, es un gran comienzo, pero ha llegado el momento de dar un paso más y conseguir que la audiencia no te quite el ojo de encima. ¿Cómo? Trayendo la acción a su realidad.
Por ejemplo, si estás hablando de las propiedades del agua, normalmente mencionarías la tensión superficial o la capilaridad y les pondrías algún ejemplo interesante para llamar la atención de tus oyentes. Y con varios funcionaría, pero no con todos. ¿Por qué? Porque siguen siendo sólo palabras que escuchar.
Ahora bien, todo cambia si de repente sacas un vaso y comienzas a llenarlo de agua hasta que esté a punto de rebosar y tras la explicación de la tensión y la cohesión del agua, lanzas la última gota que hace falta para que se derrame. Después con un papel de periódico podrías sumergir una esquina en el vaso y mostrar cómo se va mojando el resto del periódico gracias a la capilaridad.
¿Ves? Es lo mismo que contarlo, pero al mostrarlo lo conviertes en algo real, más cercano, más comprensible y sobre todo mucho más interesante. Lo mejor es que esta estrategia la puedes utilizar para ejemplificar cualquier tema del que hables, sólo necesitas dejar volar tu imaginación, lo que nos lleva directamente al siguiente punto.
4. Conviértete en el Maestro del Atrezzo – Actividades para una Exposición
Atrévete a llevar objetos a tu presentación que te ayuden a acaparar la atención de tu audiencia. Igual que en el punto anterior hemos hablado de un vaso y un periódico, encuentra los mejores instrumentos con los que realizar tu explicación.
¿Cómo dices? ¿Que crees que para tu temática no hay ningún objeto que amenice la charla? Entonces dedícale un poco más de tiempo a pensar en ello. Y para que veas que es posible hasta con los temas más abstractos, aquí van algunos ejemplos de cómo llamar la atención en una presentación sin que dejes de ser educativo.
¿Hablas de electricidad estática? Llévate una bola de esas que producen electricidad o un plástico y acércatelo al pelo. ¿Qué eres calvo o tienes el pelo muy corto? Ponte una peluca fosforita en la cabeza.
¿Hablas de derivadas? Lleva un bote de patatas y explica con matemáticas sus ondulaciones y si de paso lo mezclas con preguntas al público…les puedes obsequiar con una patata a quienes se atrevan a intentar responder. ¿Hablas del desastre del Prestige o del hundimiento del Titanic? Usa un bizcocho que puedas romper y hundir en medio de la exposición.
No hay límite. Además, los ejemplos que uses se pueden adaptar perfectamente a tu forma de exponer, independientemente de si eres más serio o prefieres charlas más desenfadadas.
5. Role Playing – Técnicas de Dinámicas de Grupo
En este punto vamos todavía un pasito más allá, ya que lo que pretendo es, no sólo que tengas objetos a tu alcance con los que puedas ejemplificar tu charla, sino que incluyas a tu propia audiencia en esas explicaciones.
Haz que se levanten o que salgan al escenario contigo y que realicen la acción que sea que necesites para demostrar tu ejemplo. Considéralo como si tú fueses el mago que da el espectáculo y ellos tus ayudantes o como si estuvieseis improvisando una pequeña obra de teatro al momento y cada personaje tuviese un rol concreto asignado.
Por eso funciona muy bien entre otras cosas para poder explicar interacciones o comportamientos entre diferentes elementos. Si por ejemplo tienes que realizar una exposición acerca del cerebro y sus diferentes células, las personas que estás usando para tu explicación podrían ser cada una una célula distinta, o si hablas del cuerpo humano, podrían ser los diferentes órganos.
¿Qué consigues con esta estrategia? Primero soltar un poco de tensión, porque como te he comentado más arriba se genera un ambiente como de teatro callejero, así que el público está más dispuesto a soltarse, pasárselo bien y aprender.
Y segundo, consigues que a todos esos elementos abstractos o microscópicos les pongan cara y puedan seguir la explicación más fácilmente. Ahora si hablas de un quark, no tendrán primero que pasarse unos segundos pensando qué era eso, no, ahora un quark es directamente esa cara que están viendo, van a ver también cómo se mueve o qué propiedades tiene, lo que nuevamente conlleva a poder aprender de manera más rápida y fácil.