¿Ya tienes a punto tu presentación y no ves el momento de llegar ahí, soltar lo que tienes que decir y terminar? Pues mucho me temo que tu charla no acaba en la última diapositiva, aún te quedan las preguntas del público. “¿Preguntas del público? ¿Pero qué es eso y cómo se responden? ¿Qué me van a preguntar?”
Primero de todo NO te agobies. Es cierto que esta es la sección menos controlable de toda la presentación porque nunca sabrás lo que te van a preguntar. Pero de todo se aprende y con la práctica lo irás haciendo mejor. Así que aquí te van unos tips para saber cómo responder las preguntas de tu audiencia.
No seas Demasiado Escueto – El Arte de la Oratoria
Índice de Contenidos
Esto es algo de lo que muchos hemos pecado, y me incluyo completamente. Cuando estás empezando a dar presentaciones tienes tantos nervios y tantas ganas de terminar que lo único que piensas cuando comienza la ronda de preguntas es que por favor sea rápido e indoloro.
Por eso, muchas veces damos respuestas demasiado cortas. Ir al grano es perfectamente correcto, pero responder únicamente son monosílabos es demasiado.
Sobre todo porque puede parecer o bien que te crees demasiado superior y altivo como para creer que tu audiencia no merece una respuesta digna, o por el contrario que tu inexperiencia en la temática es tal que te has aprendido la presentación de carrerilla sin tener realmente ni idea de lo que hablas.
Esto NO es un Monólogo – Preguntas y Respuestas
Los extremos no son buenos, por eso no te quedes ni corto ni largo. Es perfecto que intentes enlazar una pregunta que te han formulado con información adicional que no incluía la pregunta inicialmente pero que viene a colación. Pero aprovechar una pregunta para responder durante minutos enteros sin interrupción como si estuvieses dando una segunda charla, eso sí es erróneo.
No Saber No está Mal – Técnicas para Hablar en Público sin quedarte Helado
A veces tenemos miedo de decir no sé porque parece que estamos reconociendo una carencia. No saber no está mal, pero responder un simple “no sé” y quedarte callado, sí.
Lo que se espera de ti tras un “no sé” es que argumentes o razones por qué no se ha mirado ese tema o que elucubres sobre qué esperarías basándote en datos que ya sabes.
Ojo, siempre existen preguntas básicas u obvias respecto a cada temática que deberías conocer y en las que admitir repetidas veces que no sabes denota una carencia clara en tu ámbito de conocimiento.
Gestiona las Sugerencias
Acepta sugerencias. Es maravilloso que la gente te escuche y te haga sugerencias para que mejore la calidad de tu trabajo ya que denota interés por tu parte. No seas arrogante pensando que nadie de la audiencia puede hacer aportaciones valiosas a tu trabajo o que tú siempre tienes la respuesta correcta. Sé agradecido.
Rechaza sugerencias respetuosamente. Al igual que es posible que te hagan aportaciones interesantes, también puede ocurrir que algunas sugerencias que te hagan no estén bien planteadas o no te vayan a servir. Igualmente tienes que ser agradecido porque esa persona está mostrando un interés real en ti y en tu trabajo e intenta explicarle con respeto por qué crees que para tu proyecto esa idea puede no cuajar del todo.
Aparca tu Ego
Eres el que más sabe de tu tema en la sala y te lo tienes que creer, pero no trates a tu público con desdén o como si fuesen tontos. Si te hacen una pregunta que ya has respondido en la charla o una que no tiene sentido, responde con toda la amabilidad.
De hecho, piensa que algunas de las preguntas “mal planteadas” que te hagan puede ser debido a que no haya quedado suficientemente clara alguna idea que has explicado en tu presentación, por lo que aprovecha para volver a aclarar esos conceptos y que tu audiencia termine de asimilarlos.
SI TE HA GUSTADO ESTE ARTÍCULO, QUIZÁ TAMBIÉN TE INTERESE…