¿Tienes la sensación de que no tienes recursos lingüísticos cuando hablas en tus presentaciones y que siempre utilizas las mismas palabras vacías y sin fuerza? Para que esa sensación desaparezca, has de trabajar en tu repertorio de palabras de manera que consigas mejorar tu léxico para hablar en público.
Cómo Aumentar Tu Vocabulario
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A continuación te muestro varias estrategias con las que conseguirás un vocabulario más rico. Pero antes un consejo: enriquecer tu léxico te ayudará a transmitir tu mensaje con mayor precisión, pero no utilices palabras demasiado pomposas simplemente porque sí o por querer parecer más inteligente, ya que si las usas mal o dudas, conseguirás el efecto contrario.
Cómo Mejorar Mi Léxico
Ahora sí, pasemos a las estrategias para mejorar tu vocabulario.
1. Lee
Los libros que quieras y de la temática que quieras, pero lee. La lectura tiene múltiples beneficios: mejora tu imaginación, te proporciona nuevas ideas, afianza en tu cerebro conceptos de gramática y ortografía sin que siquiera tú seas consciente de ello de manera activa y además, mejora considerablemente tu léxico.
¿Por qué? Porque te ayudará a encontrar palabras que no conocías y a tener un mayor contacto con otras que sí conoces, pero que en general no usas. De esta manera, poco a poco aumentarás tu vocabulario de forma pasiva.
2. Anota las palabras desconocidas
Leer es un gran ejercicio, pero esto no implica que te vayas a acordar de cada uno de los términos que encuentres con los que nos estás familiarizado. Por ello, si quieres un aprendizaje más activo, cada vez que te encuentres inmerso en tu lectura, ten a mano un cuaderno, bloc de notas o incluso el propio móvil y apunta todas las palabras desconocidas que te encuentres.
Después busca su significado en el diccionario y si quieres aumentar las probabilidades de que ese nuevo concepto perdure en tu memoria de forma correcta, a su lado crea frases en las que lo utilices como ejemplo.
3. Aprende palabras nuevas
Existen diferentes métodos con los que podrás encontrar palabras que hasta ahora no conocías. Te he hablado de la lectura. También puedes ser más directo e ir directamente al diccionario a buscar algunas al azar, por ejemplo. Aunque esto último te puede llegar a resultar frío, tedioso y poco motivador (aunque todo es probar, puede que empieces a mirar el diccionario y te acabes enganchando en un mar de conceptos nuevos).
Así que lo que te propongo es que aproveches las redes sociales. Hoy en día hay muchísimos vídeos o fotografías que te muestran una palabra y su significado, todo ello envuelto en un fondo bonito, casi como si fuese para regalo. Si juntas eso con un poco de música relajante, se convierte en una forma amena de descubrir nuevas palabras.
Si quieres puedes hasta convertirlo en un juego, algo así como un día una palabra (o alguna más si te sientes con ganas). El caso es que si consigues una rutina de aprender palabras nuevas todos los días enriquecerás tu vocabulario de manera divertida. Eso sí, no intentes darte el atracón a aprender muchos términos en un mismo día, ya que al final se te olvidarán prácticamente todos de un día para otro y no te habrá servido de nada.
Los siguientes trucos se enfocan de manera más concreta y activa en tu exposición oral.
4. Dilo de otra manera
Entrena a tu cerebro para que tenga la habilidad de expresarse sobre una idea de varias formas diferentes. Para ello, escribe algunas frases o conceptos que abarcas a lo largo de tu exposición. Ahora, debajo de cada una de ellas intenta escribir unas 5-10 modalidades distintas en las que podrías explicar lo mismo. Para ello puedes utilizar sinónimos o reformular la frase o cualquier otra estrategia que se te ocurra. Es muy probable que al principio te cueste bastante este ejercicio y necesites varios minutos para pensar, pero con la práctica irás cogiendo soltura, hasta que llegue el punto en el que no necesites ni anotarlo en papel y puedas simplemente ensayar en tu mente.
Por ejemplo: una frase simple como “El gran artista Fulanito de Parnaso murió y mucha gente fue al funeral” puede transformarse en “El magnífico creador Agapito de Corintio pasó a mejor vida y una multitud acudió al entierro” o “El extraordinario pintor Menganito de Tales expiró y una muchedumbre asistió a la ceremonia de su muerte” o “El inigualable autor Eufrasio de Atenas sucumbió ante la enfermedad y un gentío conmemoró su fallecimiento” o “El abstruso inventor Empédocles de Villarriba feneció y una caterva le despidió en su sepelio”.
5. Utiliza Sinónimos
¿Te ha ocurrido alguna vez que tu presentación gira en torno a un único concepto, así que repites constantemente durante toda la charla la misma palabra? Para evitar esta situación es muy positivo que te acostumbre a usar sinónimos.
Si a priori no se te ocurre ninguna otra manera de denominar a ese concepto, puedes buscar ayuda en diccionarios de sinónimos. Existen varios online, pero el que más uso es wordreference ya que me proporciona definiciones, sinónimos y traducciones a otros idiomas. Una vez que hayas encontrado diferentes términos para referirte a tu palabra, puedes intentar simplemente aprendértelos o agruparlos de manera visual mediante esquemas.
Por ejemplo: no sé si te has fijado, pero en este artículo tengo que mencionar constantemente el término “palabra” o “léxico”. Pero claro, escribir todas estas estrategias utilizando únicamente esos dos términos, resultaría increíblemente pesado para ti, Domador Lector, ya que tendrías la sensación de estar leyendo siempre la misma frase y te sería más complicado diferenciar las ideas que te quiero explicar. Así que, para palabra también uso “término o concepto” y léxico puedo sustituirlo por “vocabulario o recurso lingüístico”. De esta manera, el lenguaje me ofrece múltiples combinaciones para aligerar el texto.
6. Usa Alternativas a palabras pobres
A veces el problema que tenemos pecamos en exceso de palabras con un significado pobre o impreciso como “muy, eso, cosa”. Utilizar estos términos en exceso hará que tu exposición pierda brillo e incluso, calidad. Por lo tanto, es necesario que realices una preparación consciente para eliminar lo máximo posible estas palabras de tu boca.
En el caso de términos imprecisos como “eso o cosa”, tendrás que trabajar más sobre la presentación exacta que estás ensayando, ya que el significado que les proporcionas a estas palabras no será igual en esta charla que en la siguiente, dependerá del tema que estés tratando. Así que, si durante tus ensayos te notas inseguro y que abusas demasiado de palabras imprecisas, tendrás que sentarte a buscar el término correcto y preciso al que te quieres referir.
Cuando hablamos de palabras con un significado pobre como “muy, mucho”, no implica que su uso esté mal, pero es cierto que pueden quedar vacías y no proporcionar toda la intensidad que queríamos recalcar desde un principio. Por lo general, ya existen palabras que tienen implícito ese cambio de magnitud que pretendemos y que ya de por sí resultan más convincentes.
Por ejemplo: si decimos mucho ruido, no es incorrecto; pero si lo cambiamos por “bullicio, estruendo, estallido” podemos añadir más intensidad e intención a nuestras palabras. Obviamente, has de tener cuidado y aprender a utilizar cada uno de estos términos de acuerdo a su contexto, ya que no todos ellos se utilizan para hablar sobre la misma situación.
7. Ten Cuidado con los nervios
Es muy beneficioso que te prepares a conciencia e intentes mejorar tu léxico para hablar en público todo lo posible. Pero has de tener en cuenta de que en ocasiones el problema no reside en que no tengamos un vocabulario rico, sino que al presentar nos ponemos tan nerviosos que nos bloqueamos y somos incapaces de utilizar palabras que en otro caso no tendríamos ningún problema.
Por lo tanto, para que todo tu esfuerzo tenga recompensa has de saber también cómo hacer una presentación sin miedo, para que puedas hablar de manera tranquila, pausada y segura.
Por supuesto, también has de entender que lo importante sigue siendo que el mensaje llegue de manera correcta a tu audiencia. ¿Qué quiero decirte con esto? Que si empiezas a hablar, se te olvidan las palabras más cuidadas que habías pensado y únicamente te vienen a la mente las otras, continúa, no pares tus frases para insertar después el otro término que habías pensado porque parecerá que te has aprendido la presentación de memoria (¡nunca lo hagas!) y que simplemente te estás equivocando constantemente.