¿Cuántas veces te ha ocurrido estar hablando con amigos o familiares y que te corten para decirte “No te entiendo, hablas muy rápido”? Y te quedas pensando…¿en serio? Si estaba hablando normal…
El hablar rápido puede deberse a causas tan contrarias como estar nervioso, estar demasiado activo y con mucha energía, etc. Y resulta una condición especialmente problemática si te ocurre en una presentación de cara al público y que puede mermar considerablemente el éxito de tu exposición.
¿Por qué es tan Importante la Velocidad de Nuestras Palabras al Hablar en Público?
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La velocidad de habla es un elemento más de la comunicación y al igual que los gestos de tu cuerpo o las inflexiones de la voz, transmite distintas sensaciones a la audiencia.
- Cuando juegas con la velocidad de tus palabras y pasas a un registro más acelerado, tu público lo percibirá como júbilo, emoción, interés…y se contagiarán de ello.
- Cuando cambies a un modo de hablar más lento, entonces transmitirás paz y / o secretismo.
¿Entonces si Transmito Energía al Hablar Rápido, Cuál es el Problema?
Pues como siempre, los extremos. Si hablas muy lento, tu público se aburrirá al de dos frases y dejará de escucharte. Si hablas excesivamente rápido, estresarás a la audiencia, no le darás tiempo suficiente para asimilar tus palabras y finalmente también optarán por dejar de atenderte.
Además, hablar rápido puede ser fácilmente interpretado como nervios. Y ya sea real o no, no quieres que tu público se pase toda la exposición pensando “pobre, qué nervioso está”, porque eso sólo significa que están prestando menos atención a tu mensaje.
Ejercicios para Hablar Más Despacio – Lo que Has de Tener en Cuenta
Por todo ello, es necesario que tengas herramientas suficientes para que llegado el caso, seas capaz de modular la velocidad de tus palabras. Así que te presento diferentes elementos que has de tener en cuenta y ejercicios para hablar más despacio.
1. Cuida la Dicción – No se me Entiende cuando Hablo
Un problema inherente a hablar demasiado rápido, suele ser la falta de vocalización. El ritmo de tus palabras puede llegar a ser tal, que dejas de prestar atención a la calidad del sonido que emites, lo cual deriva en que terminas saltándote la mitad de las sílabas que tienes que decir.
Así que claro, entre que no te entienden porque has dejado de vocalizar y que no les das tiempo de retener la información de lo rápido que hablas… ahí tienes la fórmula secreta para que tu audiencia pierda todo el interés en tu presentación.
Por lo tanto, si eres de los que suelen ir acelerados, no sólo tienes que aprender cómo hablar más despacio, sino que tienes que volver a educar a tu cerebro a que se acostumbre a verbalizar todas y cada una de las sílabas de tus palabras.
Para esta tarea, te recomiendo los ejercicios de vocalización específicos que podrás encontrar detallados en el artículo de dicción.
2. Vigila tus Nervios – Cómo Hablar Tranquilo y Relajado
Los nervios son una de las principales causas de que comiences a hablar tan rápido. Por ello, necesitas ser consciente de que te está ocurriendo y afectando a la calidad de tu exposición.
Intenta disminuir ese miedo todo lo que puedas antes de salir al escenario, ya sea relajándote o activándote, lo que mejor te funcione, pero tu energía no puede quedarse focalizada en el miedo.
Si prefieres un estado de relax, puedes escuchar música tranquila, sonidos naturales, dar un paseo… todo ello acompañado de una respiración consciente y profunda. Si te va mejor estar activado, puedes usar música más cañera o hacer ejercicio antes de tu exposición.
3. Habla Despacio de Forma Activa
Si sabes que eres propenso a acelerarte, entonces acostúmbrate a empezar tus presentaciones en público (y los ensayos) algo más lento de lo que lo harías normalmente. Para durante unos segundos, respira lento y profundo y par de veces y entonces comienza a hablar a un ritmo más tranquilo.
Y exactamente lo mismo si estás en medio de la presentación y te notas demasiado acelerado. Deja de hablar dos segundos y respira despacio. También puedes aprovechar el final de una frase para tomarte una pausa más larga o beber agua, para que esos segundos no se te hagan incómodos.
4. Pausas – La Importancia del Silencio al Hablar en Público
Entre frases, secciones, incluso palabras, existen silencios que has de respetar. Y si hablas muy rápido, lo más probable es que estés eliminando, no sólo sílabas como hemos comentado en el primer punto, sino también las pausas entre los diferentes elementos. Vamos, que hablas como unordenadorsinbarraespaciadora y eso estresa a cualquiera que te escuche.
Para acostumbrarte a usar pausas correctamente y hablar más despacio, te recomiendo dos ejercicios:
- Lee conmigo. Utiliza audiolibros para familiarizarte con un ritmo lento y lleno de silencios que transmiten. Coge el libro y lee en voz alta a la par que el audio.
- Ensaya deliberadamente despacio. Cuando prepares tu exposición, habla lento y otórgale a los silencios más tiempo del habitual. Así, si te pones nervioso y aceleras, no llegarás a una velocidad tan desorbitada.
5. Exagera TODO – Cómo Hablar Más Lento para Hablar Mejor
Durante los ensayos exagera absolutamente todo, las pausas, la lentitud de tus palabras, la vocalización… El objetivo es quitarte todos los vicios que has ido cogiendo a lo largo de los años al hablar. Es algo así como volver a educar al cerebro para que coja la costumbre de hacer las cosas bien.
Para ayudarte en este ejercicio puedes utilizar un metrónomo, ajustarlo a una velocidad concreta y después comenzar a reducirla. En cada sonido del metrónomo deberás decir una palabra, máximo dos (si de manera habitual suelen unirse).
Con cada coma del texto que leas, deja dos sonidos en blanco y con los puntos deja tres. Cuanto más reduzcas la velocidad del metrónomo, más a prueba estarás poniendo a tu cerebro, que lo único que quiere es acelerar.