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¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que necesita una presentación para ser un éxito?
Cuando te dicen que vas a hacer una presentación, y una vez que has superado el pánico inicial, lo único que quieres es que es que la charla salga bien, que sea entretenida, didáctica, en definitiva, que te escuchen y aprendan. Pero la capacidad de atención de la gente es limitada, sobre todo si no les das motivos para que te escuchen…
Primera Clave – El Teorema del Unicornio
Lo primero que tienes que saber es que siempre habrá un porcentaje mayor o menor de personas en la sala a las que no les interesa tu charla. Y da igual si entras montado sobre un unicornio, lanzando confeti, dando volteretas, haciendo el espagat y terminas en el suelo con el huevo dorado de dragón en la mano.
No importa, siempre va a haber gente que no va a escuchar porque no te quieren escuchar. Y no eres tú, son ellos. Están ahí esperando al siguiente ponente, o tienen que estar pero no tienen el día para atender o los motivos que sean. No pasa nada, asumimos que ese porcentaje está ahí, y tú y yo seguimos a lo nuestro, que es intentar captar el interés del resto de personas.
Ahora que ya nos hemos olvidado de ellos, ¿cuáles son los pilares básicos para que una presentación tenga éxito?
Segunda Clave – El Contenido de una Presentación es el Rey… ¿o no?
Por una parte tenemos el contenido, obvio, ¿no? Cuanto más interesante sea lo que cuentes más gente te prestará atención. Pero, y aquí viene un gran pero, ahora imagínate que estás en un auditorio y que tú eres el público, y resulta que la persona que comienza a hablar se hace pequeñita con cada palabra que dice, te da la espalda, habla bajito y en un tono monocorde. ¿Qué ocurre entonces? Que te aburre, que vas a dejar de prestar atención. ¿Y si ahora te digo que esa persona se sabía su presentación mejor que nadie? ¿Crees que le ha servido de algo?
¿Por qué te cuento esto? Porque muchas veces se nos olvida que realmente lo que menos importa de nuestra presentación es la presentación. Nos enfrascamos en el contenido, en que tengamos todos los datos, que esté ordenado, que las diapositivas sean bonitas…y llega el día de la presentación, de repente te invaden los nervios y te haces pequeñito mientras expones. Y te das cuenta que cada vez menos gente te está escuchando y piensas ¿pero cómo puede ser, si mis datos son geniales, deberían estar todos interesadísimos?
Tercera Clave – La Actitud y el Principio de Pareto Aplicado a las Disertaciones
Porque sí, lo creas o no, el contenido que expongas representa sólo un 20% del éxito de una presentación. Hay algo que muchas veces se nos olvida y que abarca el 80% del éxito de una charla y es la ACTITUD, así, con mayúsculas. Tanto verbal como corporal.
Y ahí es donde entramos tú y yo, domador, esto es una intervención. Se acabaron las presentaciones soporíferas. Este es el fin de la era de los ponentes escoba. Por supuesto que hablaremos del cómo tener un buen contenido, pero también te voy a enseñar a que el público tenga ganas de atenderte, a romper esa barrera que has creado tú mismo para que al final puedas transmitir el mensaje que quieras a tu audiencia.
Este es el inicio del dinamismo, del no tener miedo y de comerte el mundo. Porque hoy comienzas el camino hacia la presentación de tu vida.
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