La introducción de una tesis, también denominada antecedentes, es una sección en la que contextualizar el tema que tratarás en el proyecto. De esta forma, aportas la información necesaria alrededor de los elementos que abordarás a lo largo de tu investigación.
Dado que es una sección que tiene como objetivo proporcionar al lector la información suficiente para poder obtener una clara comprensión del tema a desarrollar, muchas veces nos surgen dudas a la hora de decidir cuántos datos poner o hasta dónde extender nuestra explicación, cómo redactarla, etc.
Por ello, en este artículo te hablaré detenidamente sobre qué necesitas tener en cuenta a la hora de redactar la introducción de una tesis doctoral en investigación.
1. Rodea la Temática – Contenido de la Introducción de una Tesis
Índice de Contenidos
Una introducción incluye la información necesaria para poder comprender el objeto de la investigación. El problema es que a veces no sabemos dónde parar de incluir datos, o incluso todo lo contrario, omitimos información que podría resultar útil para el lector.
Por ello, una de las primeras cosas que te aconsejo hacer antes de comenzar la redacción de esta sección, es un listado de las temáticas que tratas en tus resultados, para que te asegures que quedan plasmadas en la introducción.
Después puedes listar o sacar flechas de esos temas principales que te lleven a temáticas secundarias, pero que al estar altamente relacionadas con las principales, resultan necesarias para una buena comprensión de la tesis.
Por ejemplo, imaginemos que tu tesis estudia la relación entre una proteína y una enfermedad. Los temas principales serían la proteína y la enfermedad. Para entender los temas secundarios tendríamos que adentrarnos en qué has estudiado en tu experimentación.
¿Has visto que la proteína está defectuosa en la enfermedad? Entonces tienes que ahondar en las funciones de la proteína de manera detallada para que el lector entienda lo importante que es esa proteína, los procesos en los que participa y el problema que surge al fallar en esas funciones.
Ahora imagina que pierde esas funciones porque cambia su estructura. Si tu tesis se centra en este cambio, tendrías que detallar la estructura original y su cambio. Si te centras más en la parte genética que envuelve ese cambio, entonces el tema del cambio de estructura podría quedar simplemente mencionado.
También puede ocurrir que en vez de hablar sobre esa proteína en relación a una enfermedad, tu tesis trata de ahondar en el papel de esa proteína en algún proceso biológico que aún no se sabe mucho. En este caso, la enfermedad y todos los cambios de estructura que en el primer ejemplo eran importantes, aquí ya no lo son tanto.
Así que tendrías que seguir detallando las funciones de la proteína y simplemente mencionar su relación con tal enfermedad por ejemplo en el apartado final de la introducción en la que comentas la importancia de tu estudio. En este último caso, redactar una sección completa detallando la enfermedad resultaría innecesario.
¿Cuál es el problema de escribir demasiado? Que corres el peligro de perder el foco. Cualquier temática de la que puedas hablar da pie a explicar 100 temas más que están relacionados, pero sería como querer hablar del pie cuando tu tesis trata del corazón. ¿Están relacionados? Sí, porque ambos forman parte del cuerpo humano. Pero la realidad es que no necesitas saber nada del pie para entender un proyecto sobre el corazón.
Ojo, como ya te he mencionado en alguna ocasión, cada país y universidad tiene sus propias normas y hábitos acerca de lo que se espera del contenido de una tesis. Por ejemplo, en algunos lugares acostumbran a realizar introducciones de la tesis mucho más detalladas, de manera que amplían más ese círculo de temáticas relacionadas, generando así una revisión extensa y completa.
Por lo tanto, siempre has de tener en cuenta las características del lugar en el que realizas tu investigación.
2. Menciona lo que se Conoce y lo que No Hasta la Fecha – Antecedentes de una Tesis
La introducción de la tesis no es sólo un apartado en el que explicar qué es esa proteína que aparece en tu estudio, sino que es un mapa en el que ir dejando migas de lo que se sabe y lo que no, y que según lo lees vas dirigiendo al lector a comprender por qué desembocas en las preguntas (hipótesis) que planteas en el proyecto.
Por lo tanto, es posible que una fuente haya sugerido que tu proteína tiene tal función (lo que se sabe), en este punto deberías matizar que pese a ello, son necesarios más estudios para confirmarlo (lo que no se sabe). Y por otro lado, existe diferentes artículos que apuntan a que esa proteína se encuentra defectuosa en tal enfermedad (lo que se sabe).
Guiar al lector por esta introducción estructurada facilitaría finalmente la comprensión de tu hipótesis: La carencia de X función de la proteína Y desemboca en el agravamiento de la enfermedad Z.
Por supuesto, hablaremos con más detenimiento de la hipótesis en futuros artículos.
3. Referencias Bibliográficas
Es indispensable que todo el texto esté perfectamente referenciado, citando el artículo que ha obtenido datos o que ha llegado a las conclusiones que mencionas. Prácticamente podrías llegar a tener una cita bibliográfica ene cada frase de tu introducción de tesis.
Los dos formatos más habituales de referencia dentro del texto suelen ser números o el nombre del primer autor y el año de publicación (Menganito et al., 2020). También hablaremos más delante de las referencias, de momento sólo te aconsejo que no las escribas a mano ya que existen programas especializados para facilitarte esta ardua tarea y evitar errores innecesarios.
4. Organización de Ideas – Estructura de una Introducción de Tesis
Puedes hacer la revisión más completa y detallada a modo introductorio, que como no siga un orden lógico no servirá de nada y tu lector se sentirá constantemente perdido. Has de encontrar una estructura lógica y coherente con la que narrar toda esa información que has recopilado.
Una opción muy funcional es comenzar por el tema e información más general y después empezar a concretar.
En el caso de antes de la proteína, podrías empezar con una frase muy general. Por ejemplo, “El sistema cardíaco es una función vital para la supervivencia del cuerpo humano. Tal es su importancia, que existen numerosas familias de proteínas encargadas de participar activamente en la regulación y el correcto funcionamiento de este sistema”.
En dos frases ya tenemos encuadrada la proteína, que es el tema principal de la tesis. Después podemos añadir algo de información general como quién la produce, en qué situaciones, etc., y de ahí pasaríamos a datos más concretos, como pueden ser por ejemplo las funciones en una nueva sección.
Te puede ocurrir que a la hora de explicar un tema (las funciones por ejemplo) haya algunas partes que no se relacionen del todo con tu tesis (una o más funciones pueden ser irrelevantes en tu estudio). En principio no las quites, menciónalas, pero dedica poco espacio a ellas. Para que no quede desequilibrada la sección con unas mencionadas y otras muy detalladas, en ese primer apartado habla de todas con poca profundidad y las que te interesa detallar comenta que las explicarás más a fondo en la siguiente sección.
Así, el siguiente apartado pasará de ser general (funciones) a concreto (una función bien detallada con sus procesos).
Lo importante es conseguir encadenar conceptos, de manera que cuando hables del tema A (la proteína por ejemplo), termines la sección introduciendo el tema B (las funciones). Así, el próximo apartado narrará en detalle el tema B y acabará mencionando el tema C (una función concreta de la que hablarás con mucho más detalle porque es la más importante para tu trabajo. Este tipo de estructura en la introducción de una tesis es ideal para que el lector sienta en todo momento una continuidad y coherencia en el flujo de información, que no parezca que saltas aleatoriamente a contar nuevos conceptos.
5. Cómo Redactar la Introducción de un Proyecto de Tesis
La redacción de la introducción de la tesis se plantea como una narración en tercera persona en la que describimos las aventuras (procesos) de un protagonista (el tema principal, ejemplo, la proteína X). A lo largo de la escritura puedes llegar a utilizar las voces pasivas e impersonales (se ha descubierto, aún no se conoce…), pero deberás terminarlas también con una cita.
En cuanto al estilo de redacción, has de tener claro que no estás escribiendo una obra literaria. No por escribir más palabras o palabras más rimbombantes aumentará la calidad de tu tesis. De hecho es posible que la empeore ya que lo único que conseguirás es que el lector se pierda constantemente y tenga que releer cada párrafo varias veces para enterarse de lo que dices. Es importante por lo tanto que mantengas un estilo en el que impere la síntesis de información.
Además, la manera de redactar el texto puede ayudarte a generar aún mayor sensación de organización. El objetivo es no darle al lector la opción de perderse y preguntarse que por qué le estás contando ahora eso.
Para facilitar la comprensión añade frases como “…esta proteína tiene esta función tal y como explicaremos / detallaremos a continuación / en la siguiente sección”. Este tipo de detalles ayudan a guiar al lector a lo largo del texto, de manera que le resulte más sencillo de leer, comprender y seguir nuestro razonamiento.
6. Somo Visuales – El Poder de las Imágenes
Somos visuales, es algo que no se te puede olvidar nunca. Leer hojas y hojas y hojas de información en la que únicamente encuentras un mar de letras resulta una tarea densa para cualquiera. Así que por supuesto que tienes que destinar gran parte de tus esfuerzos a que la introducción de tu tesis esté perfectamente organizada, pero también deberías atender a las necesidades didácticas del lector.
¿Y qué quiero decir con esto? Que utilices imágenes y esquemas para reforzar la explicación que narras en el texto, y de paso para que estéticamente no eche para atrás abrir el tomo. Al plasmar la información de manera visual estás otorgándole al lector una herramienta rápida y dinámica para que termine de entender lo que estaba leyendo.
Y sí, cualquier proceso puede explicarse de forma esquemática en una figura, no hay excusa. Lo mejor de todo es que no es necesario ser un experto en diseño gráfico para generar estos esquemas. Puedes crear imágenes sencillas pero funcionales en el propio Power Point donde podrás mover todos los elementos hasta ajustarlos a tu gusto. Verás la mejora instantánea en tu tesis de un solo vistazo.