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La Presentación de tu Vida

Dedicatorias de Tesis

Dedicatoria ejemplo

Por fin lo tienes. Años y años de investigación redactados y discutidos de manera ordenada. Una era llega a su fin, pero…espera ¿ya has escrito los agradecimientos?

¿Agradecimientos? ¿Qué? NOOOOO… con todo lo que he tenido que escribir ya no me queda imaginación para nada más… ¿Por dónde empiezo? ¿A quiénes se lo dedico? ¿Y qué les digo?

Calma… después de todo el trabajazo que has hecho, ahora no pueden estresarte unas palabras de agradecimiento.

 

Agradecimiento de Tesis

Índice de Contenidos

Hoy vamos a hablar de cómo escribirlos, cómo inspirarte y al final del artículo te dejaré los que yo escribí en su momento para que tengas algún ejemplo.

Eso sí, has de tener en cuenta que cada centro de investigación o universidad es un mundo, que en cada país las costumbres pueden variar y que por lo tanto te recomiendo que leas tesis anteriores defendidas en tu centro y sobre todo que estudies detenidamente la normativa de escritura de tesis que tendrá tu universidad de manera pública y así poder adaptar mis recomendaciones a sus requisitos.

Para este artículo vamos a plantear que no existen requerimientos específicos para esta sección, ni de número de páginas, ni formato ni nada, simplemente un lienzo en blanco que poder rellenar con tus pensamientos… ¿Asusta, verdad?

Dedicatorias originales

Dedicatorias de Tesis – Consejos, Elementos e Ingredientes

1. Nombres

Es muy probable que si intentas escribir la dedicatoria de la tesis del tirón de principio a fin te atasques varias veces por el camino. Por ello y para que no sufras del síndrome de la página en blanco, te recomiendo que comiences haciendo una lista con las personas que quieres incluir en los agradecimientos. De esta manera, podrás ir rellenando independientemente la sección de cada uno y te será más fácil pensar que tienes que escribir pequeños párrafos en vez de enfrentarte a ello como si fuese un gigante.

agradecimiento tesis

2. Escribe como si nadie lo fuese a leer

¿Qué quiero decir con esto? Que no lo dejes en algo típico como “Gracias Menganito por haberme ayudado estos años”… No digo que esté mal, pero es algo típico, frío e impersonal. Es como si hubieses buscado en Google “Dedicatorias de Tesis” y hubieses sustituido con el nombre que querías.

Si quieres que tus agradecimientos sean originales y que realmente cuenten algo, entonces tienen que ser personales, tiene que quedar claro que nadie más que tú los ha podido escribir. Y eso sólo lo puedes conseguir adentrándote en las vivencias y emociones de los últimos años.

Piensa en algo así como que el párrafo que le escribas a cada uno es la nota que te gustaría dejarles sobre la mesa cuando te marches y no os volváis a ver (aunque no sea verdad y vayáis a seguir manteniendo el contacto incluso al día siguiente). Eso sí, nada de poner algo inapropiado, que los agradecimientos los puede leer cualquiera que se encuentre con un tomo de tu tesis.

3. Busca inspiración

Sí, sí…escribir de sensaciones y emociones está muy bien, ¿pero y si no me sale nada? Entonces te recomiendo que generes un ambiente propicio para ello. En mi caso fue la música instrumental de las películas del estudio Ghibli, en el tuyo puedes buscar cualquier otra música que te transporte a lugares en calma, desde ahí se escribe mucho mejor.

También puedes ver fotos de los últimos años que has vivido. Y recuerda, no tienen por qué ser unos agradecimientos perfectos, sólo tienen que ser tuyos.

agradecimiento de tesis a mi esposo

4. Reflexión personal

Dedicar y agradecer a los demás está muy bien… ¿pero y qué hay de ti? ¿Cuánto has cambiado a lo largo de estos años? ¿Cuánto has aprendido? ¿Cuánto has crecido? Si te sientes lo suficientemente inspirado puedes añadir una pequeña reflexión personal ya sea al inicio o al final de tu lista de nombres.

Puede servir para motivar a los siguientes que vengan, para que los que ya lo han pasado o lo estén pasando se sientan identificados, pero sobre todo para que tengas un momento de parar, echar la vista atrás y hablar contigo mismo después de la vorágine de la tesis.

Además, dentro de unos años, cuando te encuentres el tomo de tu tesis guardado en un cajón olvidado, esto y las dedicatorias serán lo que más ilusión te haga leer.

5. Orden

Es una sección que no tiene por qué seguir ningún orden en concreto, pero si al leerlo te resulta algo caótico, te recomiendo que organices la lista de nombres por categorías. Un ejemplo puede ser agrupar una detrás de otra a las personas del mismo ámbito: tu grupo de investigación, gente del centro que no esté en tu grupo, personas ajenas a la investigación como pueden ser tus amigos y familiares, etc.

O también los puedes ordenar por rangos (directores, post-docs, pre-docs, ajenos a la investigación). O cualquier organización que a ti te parezca que tiene lógica. Como apunte sólo mencionar que en general, a quien primero se suele agradecer es a tu director o directores de tesis, aunque esto ya queda a tu elección.

Ejemplo de Dedicatoria de Tesis

agradecimiento para tesis

A continuación, para que puedas tener alguna referencia, te dejo los agradecimientos de mi tesis a modo de ejemplo, si los lees con música, los hace aún más especiales.

(Nota, los nombres están quitados por respeto a la intimidad de las personas mencionadas).

 

Dicen que un doctorado de ciencias sirve para aprender ciencia. ¿Tiene sentido, no? Pues es todo mentira. Un doctorado no va de eso. Va de aprender a convivir con gente que no conoces. A encontrar puntos en común. A descubrir que la comida hace milagros para unir a la gente. Sirve para aprender a formar parte de algo, convertir un grupo en una piña, porque si es en pera no funciona igual. Es aprender a estar dispuesta a ayudar a los demás, tengas tiempo o no, y entender que a veces quien necesita que le ayuden eres tú. Es asumir que el concepto horario es una palabra difusa y sin sentido. Sirve para desarrollar la paciencia. Para aprender a hablar y a no hablar. Para descubrir lo mejor de ti e intentar empezar a eliminar lo malo. Para saber que a veces lo pequeños logros te hacen sentir más feliz que los grandes. Sirve para desarrollar tu animal interior (ardilla…loca…) y querer enseñarle al mundo lo que ves en tu cabeza. Y yo siempre voy a querer mostraros que la neurogénesis son células cantando “Yo voy a ser el Rey León (Neuron)” hasta que saben que se van a morir y entonces orgullosas ellas cambian a “(I did it) My way” (la de Elvis, no Sinatra) mientras una microglía las engloba. Y cantan y cantan hasta que son devoradas. Y al final, sin saber cómo, cuándo, ni por qué, en algún momento de toda esa locura te da por sugerir algo en algún lab meeting que resulta que puede hasta tener sentido. Y ahí es cuando empiezas a hacer lo que todos pensaban que estabas haciendo desde el principio, ciencia.

Y como un barco no se puede gobernar solo, aquí toda la tripulación:

Por obligarme a dar charlas y cursos que no quería, pero sí, pero no, pero quizás. Por hacerme feliz dejándome poner los tornillos en las cirugías. Por alegrarte conmigo todas las veces que he entrado a tu despacho dando saltitos porque algo había salido bien o tenía fotos bonitas para enseñarte. Por picarme un poco con el gusanillo de la repostería. Por aceptar a una ardilla loca en tu grupo. Por nunca dejar de darme todas las oportunidades del mundo. Gracias por confiar en mí.

¡Ay, J, cuánto bien le haces al mundo! Gracias por todo lo que me has enseñado y ayudado y hablado conmigo. Por tu amabilidad, tu paciencia y todo lo que hemos currado juntos. Por quedarte conmigo a ensayar mis charlas hasta que me saliesen perfectas con tus métodos raros (pero útiles) de teatro. Por ser el fundador de las tardes de juegos de mesa que tanto me divierten y que espero que sigamos haciendo por mucho mucho tiempo. Te debo tanto.

Por todos los comentarios humorísticos que haces sin siquiera darte cuenta. Por siempre estar dispuesta a ayudarnos en lo que sea. Eres muy grande.

Por tu gran humor. Por preocuparte y estar pendiente. Gracias por charlas de tres horas en días malos.

Por tu sensatez, tu criterio y tus buenas preguntas. Por tu “sí, por supuesto” casi instantáneo cada vez que alguien te pide ayuda. Por tener un humor desde el primer día como si llevases años con nosotros. Por amenizarme las tardes que tenía que montar cortes con tu música clásica que se oía desde el labo de al lado. Por dejarte convencer de que poner un piano en tu vida era una buena opción. Por siempre querer aprender a ser mejor científico, jefe, persona, ente o lo que te echen.

Por tu amabilidad cada vez que nos encontramos por los pasillos. Por ayudarme siempre con cualquier cuestión o pregunta que te haya hecho. Por ser el único que acertó desde el principio lo que eran mis células.

E y M. Por haber sido siempre tan generosas con vuestro tiempo las veces que os he necesitado.

L, F y B. Por ser las testigos de mis primeros pasos en este mundillo y acogerme con los brazos abiertos. Por enseñarme la importancia de hacer que un grupo sea una piña. Por apoyarme a extender las alas y buscar más allá.

A los becarios del grupo de C. Porque todas las veces que he necesitado cualquier cosa que no teníamos o que aún no nos había llegado o cada vez que he entrado en pánico por no saber usar cualquier máquina me habéis ayudado siempre con una sonrisa y toda la amabilidad del mundo.

P, M, N. Nuestra nueva generación. Gracias por toda la frescura y ganas que traéis.

Por tu sonrisa y espontaneidad eternas. Por todas las risas, por tu carácter, por ser tan auténticamente tú.

Por tu bondad, por los ratos en el café. Porque siempre te preocupas por cómo ha ido nuestro día y nos deseas una buena tarde. Porque parece que siempre miras todo y a todos con tus mejores ojos.

A los A, que vosotros no lo sabéis pero siempre seréis Mis Sucias:

Por traer más ruido, alegría y frescura a este lugar.

Sin duda eres el mejor descubrimiento que he hecho este año. Lo que me he reído contigo. Me encanta que compartamos muchos gustos, que seas tan sensata y loca a la vez. Siempre nos vamos acordar de cómo movilizaste a medio laboratorio para conseguir unas entradas en la radio y que no te las dieron, pero que fue tan divertido como si lo hubiésemos conseguido. Espero que eso también vaya en tu bitácora de anécdotas y que dentro de un tiempo las releamos y nos riamos de todas ellas.

Por todas las conversaciones de películas y anime. Por ser tan tiquismiquis con la ortografía y detalles random. Por todas las veces que hemos hablado de vainas, pero alubias, pero judías de no sé cuántos colores, pero no sé cómo os aclaráis llamándole a todo igual. Por la anécdota mítica de la cena de máster que siempre nos hace reír. Por siempre estar sonriente y de buen humor. Por ser tan extrovertido, con todas las cosas imaginarias que según mi cabeza eso conlleva. Siempre serás nuestro primer friki.

Por todas tus anécdotas y comentarios random. Por siempre hacernos un poquito más sabios al momento buscando respuestas a cualquier pregunta en el móvil. Por querer enseñarme música nueva, que por cierto, con tus cascos todo suena mejor. Por ayudarme tanto con cualquier duda musical, informática o fotográfica que se me haya ocurrido en estos años. Por intentar constantemente organizar cenas de grupo para que estemos todos juntos.

Ay, V, lo regular que empezamos tú y yo, y sin embargo míranos ahora. Pensé en personalizar este párrafo de agradecimientos metiéndolo en una caja de cartón o copiándolo en una celda de Excel…pero, claro, luego me di cuenta que nunca podrías abrir la primera o descifrar los sostenidos de la segunda, así que va a tener que ser algo más normal J Gracias por todo el humor y los buenos ratos que nos has dado. Por todas las veces que has venido a hablar conmigo cuando yo estaba aburrida de escribir. Por Edimburgo, el bar de los concursos y las noches de mímicas de películas. Espero que todo te vaya bien.

Tienes la mente más bonita de todos nosotros, siempre llena de toda la serenidad que a veces nos falta. Gracias por tu tranquilidad, por ser un gran oyente y conversador. Espero que llegues a ser cualquier cosa que quieras ser.

formato de agradecimiento de tesis

O, S, V y S, sois las mujeres de mi tesis, mis cuatro pilares y guardianas y la razón por la que cada uno de los días que he pasado aquí ha merecido la pena:

Porque en el primer recuerdo de cada cosa que he aprendido aquí, estás tú enseñándome pacientemente. Porque fuiste quien me empujó al pelirrojismo y lo que no sabes es que fue el inicio de una cascada de muchos cambios buenos y necesarios. Por todas nuestras conversaciones en las que tan pronto solucionábamos todos los problemas de la ciencia como de repente llegábamos a la conclusión de que pensar era malo. Por todos los fines de semana que nos tocaba currar y tú traías muffins del Bertiz para que desayunásemos las dos y los sábados se hiciesen más amenos. Por cuidarme siempre, ser mi Gandalf particular y nunca dejar que los monstruos crucen el puente. Por no conformarte con los caminos obvios y no tener miedo a explorar senderos que no sabes a dónde te van a llevar. Por ser un ejemplo.

Sólo contigo podría ponerme a cantar canciones de “el Resplandor” inventadas mientras perfundimos. Sólo contigo podría compartir la satisfacción de ver un PowerPoint alineado. Por todas las tarde que sólo quedábamos nosotras currando. Por disfrutar conmigo de todos los animalillos potxolos del mundo, siempre serás la que me manda los mejores vídeos de pandas rojos. Por aficionarme al té. Por todas tus frases míticas que pasarán a la historia de ese laboratorio directamente como refranes de la sabiduría popular de S. Porque es un placer trabajar contigo sabiendo que tú metes horas, yo meto horas y juntas sacamos adelante cualquier review, protocolo o lo que nos echen. Eso sí, después nos ganamos una tarta. Venga va, de las de limón que tanto te gustan. Por Granada, Edimburgo y todos los constipados que me pegas siempre. Gracias por estar siempre a mi derecha para cualquier pregunta, carcajada, descanso o filosofadas varias. Espero que de aquí a unos años apenas te veamos el pelo porque estés con tus queridos lobos, elefantes o pandas en cualquier lugar del mundo viajando y siendo muy feliz. Manda alguna postal J

V, mi pequeña V. Por todos los cafés, paseos y cultivos que hemos hecho como excusa para charlar. Por hacer versiones más graciosas que los vídeos que ves. Por un barquito de cáscara de nuez. Y por corre Teresa que viene el fuego. Por sacarme del atascamiento en mis frases de tesis. Gracias por transmitir tanta felicidad y contagiárselo a toda la gente de tu alrededor. Por tu facilidad de hablar hasta con las paredes y hacer que se sientan bien. Por preocuparte y ser tan atenta con todo el mundo. Por cuidarme tanto en lo bueno y en lo malo. Por ser una pequeña lagartija feliz con un cascabelillo que suena cada vez que se mueve para anunciar que ya llega la alegría. No te preocupes, todo seguirá bien. Te quedas para ayudar a los que vendrán a sentirse parte de un grupo, igual que lo has hecho conmigo. Y tú y yo nos seguiremos viendo para cotillear colores, hacer yoga descalzas en la hierba, patinar, charlar o lo que tú quieras. Estoy muy orgullosa de ti y de todo lo que sé que vas a llegar a ser.

Querida S. Contigo la palabra gracias se queda tan pequeña, que hasta casi me parece insultante escribirla. ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Yo me mareé, tú me cuidaste con una Coca-Cola y una camiseta y luego te pudiste mofar de ello durante días. Si eso no es el inicio de una buena historia, entonces nada lo es. Y me has seguido cuidando tanto estos años. Eras la única que estaba segura de que había algo más dentro de mí y nunca paraste hasta sacarlo. Gracias por haber aprendido a mi lado y por seguir a día de hoy viniendo a recitarme el protocolo de extracción sólo para estar segura, aunque sabes que ya no te hace falta. Me alegra tanto haber aportado un poquito de mí a todo lo que sabes a día de hoy. Por todas las horas que metimos en el FACS para aislar unas células por las que nadie daba un duro y mira, casi a la primera. Por todas las veces que vienes corriendo a enseñarme cosas porque crees que sólo yo puedo apreciarlas. Por abrir juntas el labo a las 7 de la mañana y aprovechar para desayunar y charlar y charlar y charlar todavía más. Por tu risa escandalosa y exagerada que me hace sentir bien porque implica que estás al otro lado del pasillo. Por guardarme siempre un trocito de lo que hayas cocinado. Por querer mostrarme siempre las cosas que te hacen ilusión. Por saber siempre dónde estoy si he tenido un mal día y quedarte conmigo. Por preocuparte hasta cuando estabas fuera. Por ser tan especial y hacer que el resto también se sientan especiales a tu lado. Por ser tan igual y distinta a mí. Por todo lo que hemos reído, llorado y por todas las maldades imaginarias que hemos maquinado, pero shh, que no se entere nadie J Porque la primera de las dos que monte su pastelería-tetería llamará a la otra. Me alegro tanto de haberte conocido. No tengo muy claro qué pasará de aquí a un tiempo, si en algún momento ambas nos quedamos o nos vamos o una se va y otra se queda. Pero sé que cuando pasen tantos años que ya casi me haya olvidado de todo, tú y tu risa seréis el último recuerdo que quede en pie de este lugar. Gracias por todo y tanto. Tu Rubia.

A mis padres y mi hermana. Por dármelo todo.

J, el otro habitante de mi hamsterball. Por los cafés no –cafés en las terrazas no-terrazas. Por saber ignorarnos, pero siempre cerca. Por descubrir el mundo conmigo. Por transformar todos los “no creo que puedas” en “adelante, inténtalo”. Por ser raros en la misma dirección. Por la Sinergia.

A mi yo del pasado, gracias por habértelo currado tanto que lo único que me queda escribir a mí hoy son los agradecimientos; y a mi yo del futuro, mira qué libro de colores más bonito te he hecho, de nada J